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Turismo ingenuo y de masas, un riesgo para la Amazonía colombiana

  • Foto del escritor: Universitaria de Colombia
    Universitaria de Colombia
  • 18 ene 2019
  • 3 Min. de lectura

La cantidad de turistas que llegó a Leticia en el 2017 dobla el número de habitantes que tiene la capital del Amazonas. Ese año, alrededor de 90 mil viajeros llegaron a este municipio, en su mayoría para conocer los bosques y la fauna que aloja la región. La cifra de visitantes es baja comparada con ciudades como Cali (191.135) y Medellín (735.570), pero es significativa para un territorio de apenas 32 mil habitantes, y que en 2002 recibía solo 6 mil. El resultado es lógico, el Amazonas está comenzando a sentir los efectos del turismo de masas. El incremento de viajeros en la zona está relacionado con el crecimiento del sector turismo a nivel nacional y con la llegada de grandes cadenas hoteleras a Leticia como On Vacation y Decameron. Ambas han impulsado el turismo en la región y han servido de inspiración para nuevos emprendimientos hoteleros, que pasaron de 13 en 2002 a 87 en 2018, de acuerdo con la página web de reservas de alojamiento Trivago.com. Nadie niega la gran oportunidad para vincular a la Amazonia en el mercado mundial, pero este boom tiene serias implicaciones ambientales, sociales y culturales. Hoy el turismo está descontrolado. Se volvió costumbre que los visitantes contraten paquetes todo incluido a bajo costo y conozcan únicamente el Amazonas que ofrece la cadena hotelera, una imagen muy reducida de lo que en verdad tiene para ofrecer el departamento y sus comunidades. “Se pasó de un turismo ecológico a uno de masas, lo que reduce la capacidad de generar sensibilidad por aspectos como la conservación y la importancia de la región”, asegura Germán Ochoa, docente de la Universidad Nacional sede Amazonia y autor de la tesis de doctorado ‘Cadenas de turismo global y desarrollo local en el Amazonas: implicaciones para el bienestar de la comunidad’. No solo la cantidad de visitantes afecta la región, también la manera como los turistas asumen su estancia, muchos de ellos desde la ingenuidad que les plantean los paquetes all-inclusive. El Amazonas es más que el emblemático jaguar y otros atractivos “Hollywoodescos” que se ven en la televisión, y muchos viajeros no son conscientes de ello. “La mayoría paga, consume y se va pensando que conocieron, por ejemplo, los indígenas del Amazonas con solo visitar una tienda de artesanías atendida por uno de ellos. El verdadero sentido de este viaje es entender y disfrutar de la diversidad que tiene la región a nivel biológico, ecosistémico y cultural”, así lo evidenció Ochoa después de haber entrevistado a más de 100 turistas en el Aeropuerto Internacional Alfredo Vásquez Cobo. Aunque On Vacation creó un espacio comercial dentro de sus instalaciones para que la comundiad ticuna ofrezca productos culturales a los turistas, su representante legal Jaime Ulloa, asegura que su relación con ellos va más allá: "las comunidades indígenas participan activamente en los tours que realizan los huéspedes, quienes pueden visitar las comunidades indígenas del Brasil, Perú y Colombia para conocer sus tradiciones, bailes, cultura, y desarrollo social. Para facilitar esas interacciones pero manteniendo el arraigo cultural, hemos dictado clases de lenguaje ticuna a nuestros trabajadores y hemos creado con los líderes de la comunidad un diccionario de ticuna al español".

Aunque la bandera del gobierno nacional es “hacer del turismo el nuevo petróleo”, se deben solucionar las limitaciones que tiene el territorio antes de ofrecer al turista comodidades que van deteriorando los destinos con el tiempo. Según Ochoa, “el turismo de masas requiere grandes infraestructuras que implican gastar una cantidad importante de recursos naturales de la selva Amazónica, poniendo en peligro el hábitat de algunas especies”.

También resulta paradójico que a Leticia lleguen cada vez más turistas a disfrutar de la paradisiaca selva en habitaciones de lujo, con aire acondicionado y agua potable, mientras los habitantes sufren de constantes cortes de luz y agua y no tienen alcantarillado. “Cuando se entregó la concesión de energía, Leticia estaba creciendo el uno por ciento anual, hoy crece entre un siete y un ocho por ciento. Se sobrepasó su capacidad”, cuenta Ochoa.

A pesar de eso, On Vacation asegura que el uso de aire acondicionado dentro sus instalaciones es limitado de 9 de la noche a 2 o 3 de la mañana, dependiendo de la temperatura.

www.semana.com/noticias



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Daniel Sánchez Arévalo
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