Un Caballero en moscú
- Elkin Efrén Rocha Mecías
- 16 jun 2020
- 2 Min. de lectura

La obra un caballero de Moscú nos brinda elementos reflexivos e ideales, prerrevolucionarios orientados a analizar el desarrollo de la revolución de Rusia. Para no ir más allá de la opinión propia de esta obra, se podría resaltar que es una obra escrita con ideales críticos que ayuda al lector a ser partícipe de la historia. Desde la perspectiva del autor, se establece un horizonte que brinda detalladamente con humor y con ironía, a quien se detenga un momento a pensar y aprovechar el momento de lectura, para analizar algunos errores políticos que sin pensar vamos dejando pasar día a día, pues el hecho de los tapados de un gobierno está más que claro que no solo son de un solo país.
Esta obra literaria escrita por Amor Towles, narra la historia de El conde, un hombre llamado Alexander Rostov de 30 años más o menos, que es condenado a muerte por los bolcheviques. Se trataba de un político radicado en Rusia, que se sintió atacado a raíz de escribir un poema en plena Revolución, es decir diez años atrás de su condena. Por escribir aquel poema, lo consideraban subversivo.
Con esas líneas escritas, hechas poema, Rostov consiguió el apoyo de algunas personas que de una u otra forma estaban de acuerdo con esa ideología, ya que, dentro de sus versos, denunciaba algunos excesos de la Unión Soviética y su gobierno. Entre tanto, los bolcheviques establecieron una pena máxima, en arresto domiciliario.
El conde con su pensamiento aristócrata asume pasar su tiempo de condena, en un hotel, en el que se dedica a escribir y a leer, apoyado por su amplia imaginación y buenos modales. Es así como crea una vida social con los habitantes del hotel, se acoge tanto a su alrededor que ya no permite ver esa condena como una carga sino más bien como un agradable lugar.
Desde el punto de vista del autor, tiene una cierta razón cuando lo traemos a contexto cotidiano y nos detenemos en el tiempo para aprender a valorar a nuestro alrededor, a las personas que nos rodean y a lo que la naturaleza y el día nos ofrece.
Creo que somos ciegos, ¿realmente lo somos? O simplemente estamos bajo aquel gobierno que nos enseña a levantarnos a jornalear y producir para los grandes grupos políticos que lo único que quieren es exprimir nuestras vidas, pero que, a pesar de esto, nosotros solo hacemos nuestras vidas llevaderas, pero no felices.
Esta obra me gustó, pues me hizo reflexionar, me obligó a pensar, a investigar y a cuestionarme sobre mi propia vida, sobre los afanes que la gente crea pensando en el dinero y analizar porqué la sociedad, no cambia, si realmente el que debe cambiar es cada individuo. Muchas veces estamos convencidos que venimos a jugar un papel ya definido y que nuestro actuar, no tiene muchas posibilidades de cambiar la realidad. La lectura abre nuevos horizontes. Lo invito a leer el libro.
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