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El Último Hombre-1984

  • Josef Javier Velasco Rojas
  • 25 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

Crédito foto: 65Ymas.com

Esta novela escrita por George Orwell, explica cómo es una sociedad completamente dominada y controlada, la que se considera una distopia que se anticipa al mundo que vivimos hoy desde la tecnología.

Esta obra nos cuenta de una sociedad controlada por medio de cámaras, las que están ubicadas en todos los puntos de la ciudad, impidiendo que los habitantes vivan de forma libre, no solo en sus movimientos, sino en su forma de pensar, pues todos deben seguir los lineamientos establecidos por los comandantes de la región.

Este libro comienza explicando los pormenores de esta sociedad, los acontecimientos de Winston, su personaje principal, quien quiere salir de este control, convirtiéndose en un revolucionario, que lucha por sus ideales, durante la trama de la novela. Al paso de la vida se encuentra con Julia, una mujer que para él es misteriosa y que al principio no le llama la atención, pero quien con el paso del tiempo se convierte en su “Julieta”. Mientras esto sucede, él es vigilado por un supuesto amigo, de nombre O‘Brian, quien es en realidad, un agente encargado de buscar revolucionarios por toda la ciudad. Con el tiempo, logra atrapar a Winston y a Julia, para acondicionar su cerebro, con tan gran impacto, que Julia y Winston se olvidan el uno del otro, siguiendo cada uno con su vida propia y olvidando todo aquello que sucedió.

El libro se anticipa a muchas creaciones tecnológicas que hoy tenemos a mano:

- Micrófonos que te graban para controlarte

En todos los rincones urbanos de 1984, hay cámaras y micrófonos. Incluso este seguimiento tecnológico llega a zonas rurales, hasta donde se supone, no llega el control del Hermano Mayor. La información recopilada puede dar a conocer las actividades de las personas que son seguidas y detectadas, con sistemas de reconocimiento de voz, situación que permite la identificación de disidentes y disolventes. ¿Acaso esto no nos hace pensar en las famosas “chuzadas” del mundo actual?

- El 'hablaescribe'

En 1984, el fantasioso mundo imaginado por George Orwell las personas apenas escriben. “La pluma era un instrumento arcaico, que rara vez se utilizaba siquiera para firmar”, explica el escritor en la novela, que describe a Winston Smith, el personaje protagonista, un hombre que escribía a mano, y solo lo hacía para escribir notas breves. La actividad de comunicación escrita era por medio del “hablaescribe”, un dispositivo al que se le hacia el dictado, presente en oficinas y residencias y que además podía registrar la voz humana, para convertirlo en texto y luego porque, “aparte de notas muy breves, lo normal era dictarlo todo en el habla escribe”. Este dispositivo, presente en oficinas y domicilios, registraba la voz humana y lo convertía en archivo.

Su equivalencia actual, puede ser la función de mensajes de voz por WhatsApp, aunque un poco más aparatoso porque el dispositivo no se podía llevar en un bolsillo como lo podemos hacer hoy con un teléfono móvil.

- Los dos minutos de odio

En 1984, el Hermano Mayor y su estructura opresiva organizan diariamente lo que llaman “Los dos minutos de odio”. Las telepantallas emitían información sobre enemigos del sistema, convirtiéndose así en 120 segundos de linchamiento, una vez al año, se celebra “La semana del odio”.

Podría equipararse al mundo actual al comportamiento de las redes sociales de hoy, especialmente con Twitter, donde frecuentemente los usuarios de pantallas y dispositivos móviles, frecuentemente arman polémicas contra enemigos, figuras políticas, y personas que piensan de forma diferente.

- La Telepantalla

En 1984, dispuesta al interior de los domicilios o de los recintos públicos, estas transmitían mensajes institucionales y recopilaban información del entorno. Según se explica en el libro, “era capaz de captar cualquier sonido que hiciera Winston por encima de un susurro muy bajo, es más, mientras estuviera en el campo de visión dominado por la placa metálica podían verle y oírle”.

Dicen los expertos en el tema, que este dispositivo imaginario de Orwell, es bastante parecido a “Alexa” de Amazon, a Google Home, al Nest Hub Max, e incluso a los televisores inteligentes conectados a Internet que, sin que los usuarios lo sepan, pueden grabar desde casa sin que el usuario lo sepa.

- Alguien está controlando el correo de los ciudadanos

Para el caso de la novela 1984, el Gran Hermano o Hermano Mayor, según las traducciones, controla todas las comunicaciones de los ciudadanos, incluidas las que se realizan por correo. Por eso, y por la existencia del hablaescribe, apenas se escriben cartas. Así lo describe el libro: “Para aquellos mensajes que es necesario enviar de vez en cuando, el Estado dispuso tarjetas postales con una larga lista de frases para que el remitente tachase aquellas que no eran adecuadas a lo que quería comunicar”.

En nuestro mundo tecnológico actual esta condición es similar al correo electrónico que da la opción de responder los mensajes, en especial el de Gmail, quien da la opción de responder los mails con una serie de palabras o frases que hacen referencia al contenido del mensaje recibido. La inteligencia artificial y los algoritmos, las opciones que sugiere el ordenador encajan a la perfección en el contexto de la conversación. En otras palabras, hay un algoritmo que, como sucedía con el Gran Hermano, está leyendo tu correo. Esperemos que sea discreto y no se lo cuenta a nadie…

- La música enlatada

¿Qué es en '1984'? “El Café del Castaño estaba casi vacío. Un oblicuo rayo de sol se colaba amarillento por la ventana y caía sobre las mesas polvorientas. Eran las solitarias 15 horas. Las telepantallas emitían música enlatada”, escribía George Orwell al comienzo del capítulo VI de 1984. Cuando el libro fue publicado, en 1949, lo habitual era que en los locales públicos la música corriera a cargo de una pequeña orquesta o un grupo de músicos, por lo que el hecho de que la música surgiera de un dispositivo electrónico era pura ciencia ficción.

En la actualidad, lo raro es que haya un grupo interpretando música en vivo en un local. La optimización de costos, han hecho que la mayoría de locales públicos utilicen música enlatada (grabada). Esa música que en origen tenía un soporte, bien fuera una cinta, un disco de vinilo o un CD, se reproduce actualmente a través de Internet con plataformas como Spotify o con dispositivos conectados a redes Wifi.

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Daniel Sánchez Arévalo
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